El Consumo, el problema y la solución todo en uno.
Desde el colegio nos han enseñado que la manera lógica y eficaz para resolver los problemas es entender el enunciado del problema y en si mismo lo que este plantea, y a partir de ahí buscar la solución.
En este periodo de crisis mundial es lógico pensar que ante este tremendo problema nuestros gobiernos actúen de esta misma manera, y la respuesta que nos trasmiten vienen envueltas en 2 soluciones generales que se extienden a las sociedades de todos los países del primer mundo. Consumo y Sostenibilidad.
Parece contradictorio pero se plantea la misma solución que en si mismo es el problema. Me explico.
El consumo ha sido la piedra angular del sistema económico mundial del primer mundo, llamado capitalista. Es decir es la parte que nos han hecho jugar o participar a las personas. Pero el sistema y las corporaciones que lo forman no han sido justos ni sinceros ni honestos con el propio sistema o más bien con la parte que nos tocaba jugar a la sociedad. Desde principios de siglo y promoviendo un mayor consumo, las corporaciones y empresas se dieron cuenta que la gallina de los huevos de oro era lograr que cada vez la sociedad consumiera mas. Esto chocaba frontalmente con la idea de la industrialización y de la tecnología, que era lograr cada vez mejores productos, duraderos y resistentes en su vida de uso. Entonces los “filósofos económicos” empezaron a hablar abiertamente de la obsolescencia y durabilidad, es decir, si compras un traje y te dura toda la vida, el sastre consigue buena “prensa” y vende mas, pero si el traje solo te dura unos años, los justos, tendrás la posibilidad de vender mas y mas trajes. Y entonces se empezó a hablar de la Obsolescencia Programada. Pero claro seguía existiendo el problema de la “mala prensa” es decir, si un traje de la tienda X me dura toda la vida y el traje de la tienda Z me dura 5 años, podría acabar pensando que seguía siendo mejor el de la tienda X. Así que apoyando a las incipientes “modas” se fue acuñando la Obsolescencia Aparente, que no es más que hacer que las cosas parezcan viejas haciendo cambios casi meramente estéticos, aunque estos sean casi cíclicos. Y otra medida menos simpática que emplearon las empresas y corporaciones eran los acuerdos comerciales programando dicha obsolescencia, como por poner un ejemplo el caso de las Bombillas en la primera mitad de siglo, que decidieron los principales fabricantes dejar de ofrecer como reclamo la durabilidad e igualarse todos, reduciendo el estándar de calidad. Es decir, si Osram estaba mejorando y anunciando bombillas de 2500 horas tras el acuerdo del “bombillero” todos decidieron poner en estándar máximo de 1000 horas. Sabes que hay bombillas de principios de siglo que aun hoy podrían seguir en marcha, pero NO, la industria ya se encargo de que el estándar fuera 1000 horas garantizando así el consumo constante.